El teletrabajo irrumpió con fuerza a partir de la pandemia, pero también será clave en la post pandemia, ya que se abrió un escenario que tendrá suma importancia. La presencia del trabajo en la casa llevó a los trabajadores a implementar nuevas costumbres las que traen aparejado algunos problemas de salud. En ese camino, la
Facultad de Ciencias de la Salud de la UNER viene realizando diversos talleres de prevención y brindando pautas en estos nuevos espacios laborales hogareños para lograr adaptarse mejor a ellos.
Martín Pérez licenciado en Kinesiología egresado de nuestra Universidad, en diálogo con El Reverso, por la FM 91.3 UNER Concepción del Uruguay, participó de los mencionados talleres, donde explicó que hay dos puntos clave para cuidarse en casa: “Uno es la vista y el otro es la postura. El primero porque cuando se fija la vista en la pantalla no sólo afecta la visión sino también la parte cervical. Seguramente mucha gente sufre dolor de cabeza y de cuello y piensa que es por otra cosa, pero es por estar usando mucho la vista en la pantalla. Una de las recomendaciones es utilizar la regla 20-20-20, es decir cada 20 minutos mirar 20 segundos a 20 metros de distancia. Para una persona trabajando con pantallas, la visión fija durante tanto tiempo en un punto tan cercano que termina afectando los músculos suboccipitales del cuello, generando otros trastornos aparte de la visión propiamente dicha”.
El otro punto que detalló Pérez fue sobre los elementos de trabajo, “las sillas, mesas y computadoras deben estar a la altura adecuada, la pantalla a nivel de los ojos. En cuanto a la postura de sentado, se deben respetar los ángulos de 90 grados en rodillas, codo y cadera, que es la posición neutra en las articulaciones y hay menos tensión. El escritorio debe estar a la altura de los codos y que el antebrazo se pueda apoyar, lo que genera menos tensión en los hombros. También la muñeca debe tener algo donde apoyar y los pies deben estar sobre el piso”.
También se recomienda “descansar ocho minutos cada hora, caminar, realizar alguna actividad distinta, flexionar codos, dedos, ocho minutos de un gesto contrario a lo que se estuvo haciendo”, agregó.
El especialista explicó que todas estas acciones de prevención y recomendaciones ya estaban presentes en su profesión afirmando que “el cambio de paradigma en los kinesiólogos comenzó hace poco. Eso se llama Kinefilaxia. Por una cuestión cultural se acostumbraba a mandar al kinesiólogo solamente cuando tenía una lesión. Ahora, se comenzó a trabajar en la prevención, desde la gimnasia kinésica para prevenir lesiones y, en este caso, desde la ergonomía. Si bien esto es bastante reciente, se gana calidad de vida. Estar sano, reconocer el cuerpo, tener conciencia y educarse para cuidarse y no tener tanta atención secundaria”.
Pérez finalizó reflexionando sobre el acostumbramiento a los dolores: “Uno no tiene porqué acostumbrarse a sentir dolor en algún momento de su vida, estamos mal educados por muchas cuestiones. No hay por qué sentir dolor en un puesto de trabajo. Tenemos ocho horas para dormir, ocho para trabajar y para descansar. Si nos cuidamos ocho horas en nuestras casas y en nuestras actividades, nos podemos cuidar en el trabajo también”.