Paola Catalfamo es docente en la cátedra de biomecánica de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Entre Ríos, donde se formó de bioingeniera. Por una beca de la Fundación YPF, en el 2002 realizó un PhD en ingeniería biomédica -en el área del análisis del movimiento humano- en la Universidad de Surrey, Inglaterra. Continuó con sus estudios posdoctorales y luego de 6 años decidió volver a Argentina.
En 2009 ingresó como becaria pos doctoral de reinserción para luego continuar con la carrera de investigador. Actualmente es investigadora adjunta del CONICET y forma parte del Instituto de Investigación y Desarrollo en Bioingeniería y Bioinformática (IBB).
-¿Por qué decidiste volver?-Soy nacida en Río Cuarto, Córdoba y tengo mi familia allá. En algún momento quería volver, tenerla más cerca. Cuanto más tiempo estás en el extranjero después de una beca mayores son las posibilidades de insertarse en el campo laboral y más difícil se torna el regreso.
-Acaban de terminar un Proyecto de Investigación y Desarrollo…-Sí, se tituló Herramientas de análisis del movimiento humano para su aplicación clínica. La idea era evaluar herramientas para analizar cómo caminan determinados pacientes con discapacidades motrices para ver la evolución de la rehabilitación. Nosotros propusimos usar algunas técnicas de la ingeniería para ir midiendo cómo se recupera ese paciente para que podamos tener información complementaria que asista en las decisiones de su tratamiento. Si conseguimos, por ejemplo, una herramienta de medición –algo como si fuese una radiografía funcional-, que mida cómo fue evolucionando y en qué estadío de la rehabilitación está el paciente, el equipo médico contaría con información que complemente el conocimiento para la toma de decisiones.
-¿Qué tipo de pacientes evalúan?-El proyecto se centra en estudiar las herramientas que sean más adecuadas y que puedan ser adaptadas a distintos grupos de pacientes para maximizar su aplicabilidad en el ámbito clínico. Hemos trabajado con pacientes con amputación de miembro inferior y con parálisis cerebral, entre otros. Nos concentramos en patologías de miembro inferior y en pacientes que estén transitando el tratamiento de rehabilitación. El grupo de trabajo está conformado por bioingenieros, docentes e investigadores de la FIUNER Emiliano Ravera, Claudia Bonell, Analía Cherniz, Julio Aldonate, Gabriela Merino, Mauricio Rivera, y por profesionales de la salud del Hospital de Rehabilitación Integral del Discapacitado Dr. Vera Candioti de Santa Fe: César Ignacio Dutto, Cecilia Bernal y Verónica Barrera
-¿Dónde tienen pensado aplicar clínicamente estas herramientas?-Nuestro propósito es desarrollar técnicas simples y de bajo costo que se puedan aplicar en hospitales y centros de rehabilitación de la región. Sería conveniente que las herramientas cumplan con ciertos requisitos, por ejemplo, que sean portátiles, de bajo costo y fáciles de usar ya que deberían ser incluidas en las prácticas clínicas. Tienen que permitir una valoración que sea válida, precisa y repetible, pero además deben ser simples de utilizar. En ese marco estamos trabajando con el Hospital Vera Candioti de Santa Fe, el único hospital público regional que atiende pacientes con discapacidad motriz para su rehabilitación.
-También tienen un convenio con la Universidad de Surrey…-Sí. Ellos tienen un mecanismo de convenio con investigadores extranjeros mediante el ofrecimiento de una posición ad honorem de senior lecturer, algo así como profesor invitado. Dada mi posición como Visiting Senior Lecturer, hemos logrado colaborar con el préstamo de equipamiento y la posibilidad de realizar visitas y estancias para tomar datos. De esta forma, pudimos validar las herramientas que proponemos, comparando su funcionamiento con equipamiento de alta complejidad.
-¿Cuál es el resultado de la investigación?-Proponemos técnicas que permitan medir el grado de evolución en la rehabilitación de pacientes. Por ejemplo: una herramienta es lo que llamamos parámetros espacio temporales (como la velocidad a la que camina el paciente, o el largo de paso, entre otras) y validamos si esta herramienta nos permite identificar el grado de avance en la rehabilitación. Si los resultados así lo indican proponemos un protocolo de medición. El protocolo es la lista de pasos para aplicar la herramienta (cuándo medir, cómo hacerlo, cuántas veces).
-¿Y ustedes desarrollaron algún protocolo?-Hasta ahora hemos evaluado herramientas. El próximo paso es diseñar protocolos que podamos transferir a los centros clínicos.
-¿Qué impacto tiene su investigación?-Creo que el mayor impacto estará en los procedimientos médicos. Queremos brindarle al equipo de salud encargado de la rehabilitación herramientas que ayuden a definir el mejor tratamiento y cómo mejorar las prácticas dentro del sistema. Así como la resonancia magnética aporta datos complementarios a los de una radiografía, la idea es brindar más información que ayude en el proceso de la toma de decisiones médicas. Y, por supuesto, un mejor procedimiento médico redundará en beneficios para el paciente con discapacidad.