A raíz de los movimientos telúricos en las barrancas de Diamante y Santa Elena, especialistas de la UNER fueron convocados por el gobierno provincial para coordinar y constituir un proyecto para su estabilización.
Fundagro es una entidad constituida por un grupo de docentes universitarios de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UNER, en Oro Verde, que funciona como unidad de vinculación tecnológica y como consultora ambiental. Convocados por el Gobierno Provincial, se encuentran trabajando en la elaboración de un proyecto para estabilizar las barrancas de Diamante y Santa Elena, con peligros de corrimiento por diversos factores.
Eduardo Díaz, docente de la Facultad de Ciencias Agropecuarias, en diálogo con el programa 'Cara y Ceca' de la 100.3 FM UNER Paraná, explicó el proyecto que se entregará a las autoridades para conseguir financiamiento. Es un proyecto que se va a ejecutar en “seis meses, consensuado con la gente de las ciudades”, detalló.
“Hay que monitorear el proyecto con una participación de la comunidad post- obra, para que ésta se sienta involucrada con el proyecto y con la realidad de lo que está pasando”, puntualizó.
Una cuestión geológica y climática
El deslizamiento es un fenómeno natural que ocurre en los sectores de barrancas de los ríos que tienen pendientes muy pronunciadas. En esas barrancas se generan desprendimientos y deslizamientos de bloques y masas del terreno generados por la fuerza de la gravedad debido a la carga que poseen, principalmente de agua (1).
Entre 2000 y 2004 se realizaron obras para controlar el problema, pero como la zona se había estabilizado “se abandonó el control de las zonas donde no se construyó”, recuerda el profesor. Los deslizamientos ocurren tanto en Diamante como en Santa Elena, pero por fenómenos muy distintos entre sí. En Diamante, por ejemplo, el problema es lo que en la jerga se conoce como “ciclo externo”, explica el Profesor Díaz: “es una relación entre las precipitaciones, los escurrimientos y las características geológicas del ambiente. Los suelos secos suelen tener una gran capacidad portante, que es la capacidad del terreno para soportar las cargas aplicadas a él. Cuando este suelo se satura adquiere la consistencia de una manteca, y la arcilla donde se apoyan los sedimentos superiores hace que se produzca una cuña de deslizamiento, que es lo que se ve en los videos" (el docente se refiere a imágenes que se viralizaron en las redes sociales a través de videos y fotos que compartían los propios pobladores). La solución que se propone es “evitar la filtración del agua mediante una adecuada protección en el área urbana en base a un sistema de drenaje horizontal, como se hizo en las zonas donde no se han activado los deslizamientos, para cortar el escurrimiento del agua subterránea hacia esos niveles arcillosos que son los que activan esos deslizamientos”.
Por su parte, en Santa Elena la causa es otra: “En lugar de arcilla el suelo es limoso, y por lo tanto más permeable. Ante la falta de infraestructura cloacal la zona cuenta con muchos pozos negros que incorporan el agua directamente a la napa logrando que los limos pierdan capacidad de sustentación, activando los deslizamientos”, explica Díaz. Finalmente, el especialista de la Universidad hace énfasis en un factor específico: el cambio climático: “estas lluvias cada vez más intensas y prolongadas hicieron que se aceleraran todos los procesos entre el ciclo externo y la hidrogeología que hace que pase todo lo que pasó”.
El convenio
El trabajo será financiado por el CFI a partir de un convenio firmado con el gobernador Gustavo Bordet y Fundagro. El gobernador Gustavo Bordet firmó con el titular del Consejo Federal de Inversiones, Juan José Ciácera, e integrantes de la Fundación el convenio que permite llevar adelante el proyecto ejecutivo e iniciar luego la gestión del financiamiento para poder realizar las obras. “Hay que realizar estudios topográficos para caracterizar el ambiente y estudios geológicos de superficie para definir cuáles son las zonas más permeables. También un urbanista planteará medidas no estructurales relacionadas al manejo de la barranca, la forestación y generar condiciones para evitar la infiltración. Las medidas estructurales, por su parte, tienen que ver con obras civiles, desagües pluviales y conexiones para evitar la concentración de flujos en algunas zonas para evitar la activación de los deslizamientos”, detalló el docente.
El equipo que coordina Díaz está formado por consultores de Entre Ríos y Santa Fe que ya han participado en proyectos similares. Algunos de ellos son además docentes investigadores de otras universidades, como la Universidad Católica de Santa Fe, la UTN, la Universidad Nacional del Litoral y la Universidad Nacional de Tucumán. “Es importante que la gente internalice que la Universidad también puede interactuar con consultores privados para resolver problemas que afectan a la población”, concluyó.