Una vez a la semana, adolescentes se reúnen en un laboratorio de la Facultad de Ingeniería de la UNER, para aprender sobre electrónica y programación. Se trata de un proyecto de extensión a cargo de estudiantes avanzados.
Con curiosidad y ganas de aprender, jóvenes de entre 13 y 17 años visitan semanalmente la Facultad de Ingeniería de la UNER. Allí, comparten experiencias y conocimientos, en el marco de un taller de electrónica y programación. “Pequeños Científicos” es el nombre del proyecto que involucra a estudiantes, graduados y docentes de FIUNER y de la Facultad de Ciencias Agropecuarias, junto con integrantes del municipio de Oro Verde.
La propuesta apunta a una vinculación de nuestra Universidad con la comunidad de esa localidad entrerriana. Tomó forma a partir de un proyecto de extensión de estudiantes avanzados y busca dar continuidad a un programa iniciado por la comuna en 2011. Nazareth Grosso es quien lo dirige y lleva adelante junto a 14 compañeros. “Este taller lo realizamos durante 10 clases en 2018, y este año estamos haciendo otro. Participaron 20 jóvenes en cada uno”, detalla la estudiante. Cada encuentro tiene dos horas y media de duración.
Mediante iniciativas de este tipo, el conocimiento científico no sólo se expande por fuera de la Universidad, sino que además se democratiza. “Juntos buscamos soluciones a problemas cotidianos. Nos interesa que los jóvenes utilicen las habilidades adquiridas por el uso diario de aparatos tecnológicos e investiguen en la web, para divertirse desarrollando juegos de PC. Además, ellos logran conocer cosas que muchas veces en la escuela secundaria no pueden”, indica Grosso. De manera entretenida y accesible, los adolescentes tienen su oportunidad para conocer y vincularse por primera vez con el ámbito académico.
“Durante el desarrollo del taller trabajamos con placas arduino, que están diseñadas con el objetivo de acercar y facilitar el aprendizaje de la electrónica y programación”, añade la directora del proyecto. Otro de los recursos empleados es Scratch, un software libre de uso sencillo que permite programar juegos y animaciones. “Esto nos permitió ahorrar presupuesto, y principalmente brinda a los chicos la posibilidad de descargarlo gratuitamente, para poder seguir trabajando y aprendiendo en sus casas”, señala.
El aprendizaje es recíproco en cada encuentro, y el balance de sus organizadores es muy positivo. “La gran demanda que tuvimos durante las inscripciones nos muestra que esta temática les interesa a los jóvenes, y que es necesario incentivar y seguir realizando actividades de este estilo”, reflexiona Grosso.