En Argentina, tanto el transporte como la seguridad vial son elementos estratégicos para el desarrollo global de la economía y los sectores productivos. Con el crecimiento de la población, la demanda de infraestructura y educación vial se hace imprescindible. Según un informe de 2018 de la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC), en nuestro país existen más de 13,9 millones de vehículos en circulación. Esto hace que exista un vehículo por cada 3,15 habitantes.
Garantizar el correcto tránsito y movilidad de los ciudadanos es responsabilidad del Estado; de políticas eficaces en educación y en la planificación de obras civiles. Deben tener en cuenta a los usuarios y a diferentes actores tanto económicos como sociales, pero además apuntar al fortalecimiento de la libre circulación de mercancías, para incrementar la productividad de los sectores de la región. Esto constituye una actividad importante en continuo proceso de expansión y modernización.
Con eje en estas cuestiones, se realizaron las Jornadas Regionales de Tránsito, Transporte y Seguridad Vial, organizadas por la Facultad de Ingeniería de nuestra Universidad -FIUNER y el Colegio de Profesionales de la Ingeniería Civil de Entre Ríos (CPICER). En el transcurso de las mismas se abordaron diversas problemáticas vinculadas al transporte multimodal y de pasajeros, la planificación de infraestructuras para una movilidad sostenible y el diseño de políticas integradas: la seguridad y la educación.
Días atrás, en la ciudad de Paraná, los usuarios de pasajeros del transporte público se vieron afectados por un conflicto entre partes que hasta el día de hoy no deja en claro responsabilidades. A este problema se refirió el Decano de la Facultad,
Diego Campana:
“El objetivo de la jornada es convocar a todos los actores de la sociedad, tanto expertos pero también a ciudadanos que nos puedan brindar sus perspectivas, en un espacio académico y de consenso, para debatir y tratar de encontrar soluciones a problemas que son comunes. En este sentido, es importante involucrar a los usuarios. Porque decimos que el transporte público de pasajeros es sumamente necesario, pero después vemos que los usuarios viajan como en una lata de sardinas. Tiene que haber un abordaje integral de la problemática”. Conciencia y educación
La seguridad y educación vial parten de acciones y mecanismos que garantizan el buen funcionamiento de la circulación del tránsito para evitar los siniestros que afectan tanto a peatones como conductores.
En nuestro país, la regulación del tránsito es dispar; los controles y exigencias varían según el territorio por el que circulemos. Para
Jesica Azar, responsable del Área de Investigación de la Dirección de Estadísticas y Estudios del Observatorio Vial de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, hace falta
“armonizar todas las normativas, porque en definitiva el ciudadano se confunde. Por ejemplo, en una ruta nacional a veces tenemos una legislación, pasamos de un municipio a otro, y la reglamentación cambia. Muchas veces uno pasa de una provincia a otra porque sabe que los controles son más laxos, o también sabemos que la licencia de conducir es más fácil de obtener en otro lugar porque el examen no es estricto".
Educar en la prevención y el conocimiento, por parte de los ciudadanos, implica que como población podamos desarrollar medidas en torno al comportamiento como conductores o transeúntes. El valor radica en fomentar y garantizar el respeto y preservación de la propia vida y la de los demás en la vía pública; ya sea al conducir, al caminar por las veredas o al abordar un vehículo como pasajeros.
Como ciudadanos políticos debemos exigir normativas acordes a la evolución y desarrollo de la comunidad. Asimismo, resulta necesario tomar mayor conciencia sobre responsabilidades y obligaciones.
"Todos tenemos que entender cuáles son las reglas del juego y que sean las mismas para todos. El trabajo fuerte es entender que todos debemos estar bajo un mismo marco regulatorio para que las reglas sean claras”, concluye Azar. 
En los últimos años, la educación en prevención y control vial no ha sido lo suficiente efectiva como para evitar siniestros y crear comportamientos conscientes. Así lo manifiesta la especialista en seguridad vial de la Asociación Argentina de Carreteras y directora de la diplomatura en Gestión de Seguridad Vial de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE),
Adriana Garrido,
“En términos generales, la educación vial deja mucho que desear tal como está planteada en la Ley Nacional de Tránsito, que establecía la educación vial obligatoria en todos los niveles educativos. Esto sistemáticamente, al menos en la provincia del Chaco no se implementa y son esporádicas las capacitaciones en torno a la temática".En cuanto a responsabilidades, la experta apunta a
“quienes diseñan y administran el sistema: las empresas transportistas, el estado provincial, nacional y municipal, empresas constructoras de caminos, la policía y quienes controlan el tránsito, la educación en general y las organizaciones no gubernamentales”.
Por último, agrega que la universidad "
tiene un rol fundamental en dos aspectos. Por un lado, desde sus propias currículas: formar profesionales y que a su vez tenga un efecto multiplicador. Por el otro, la Universidad dentro de las sociedades tiene un lugar amplio, para organizar jornadas como esta, por ejemplo”.
