Andres Chabrillon
LAS DOS MARIPOSAS
I
En mi jardín hay una mariposa;
Alas de negro y amarillo.
Vuela y se posa:
Vuelve a volar, desde el junquillo
A la rosa;
Y aléjase, saltando al aire, y viene
Después, sobre las ramas de flores recubiertas,
Y ante mí, en un pimpollo se detiene,
Inmóvil, con las dos alas abiertas.
¡Oh flor alada,
Que huye a saltos, esquiva,
En los senos del aire desligada;
Y abre su joya viva,
Sólo por un instante demorada,
Sobre la flor atada,
Sobre la verdadera flor cautiva!
Encantado la miro
En el breve momento,
Apenas la medida de un suspiro;
La solicita el alocado giro,
La llama el aire, antecesor del viento.
Invítala el nectario,
Y ella, colgando en la boquita abierta,
Se estremece en un vuelo estacionario;
Tiembla en un aleteo
Como de ansia inexperta
Sobre los labios del deseo…
Y se va, traza un arco, vuela al jardín vecino…
¡Pertenece a los ojos! ¡Nos lleva en la mirada!
Se aleja como vino:
Belleza, ensueño, nada.