Gladys Arosio, Licenciada en Enfermería y docente de la Facultad de Ciencias de la Salud de nuestra Universidad, explicó la importancia que tiene la vacunación dentro de las políticas públicas de un país, y el impacto a nivel mundial. “La OMS dentro de sus recomendaciones para la promoción de la salud y prevención de la enfermedad cita dos ejes puntuales que tienen que ver con el acceso al agua potable, en todas las poblaciones, y a la vacunación. Ésta ha sido en el mundo una medida que ha logrado erradicar enfermedades como la viruela. Ahora nos encontramos en una de las etapas para erradicar la polio. El tener las vacunas, además de que sea de manera gratuita como en nuestro país, representa que miles y miles de personas no enferman y no mueran a causa de enfermedades que se puedan prevenir”, explicó.
La profesional de la salud se refirió a los movimientos antivacunas: “si bien es un grupo pequeño, tiene fuerza por la manera en que opera. Incluso sobre personas que están indecisas y que por ahí no tienen una postura definida al respecto. Para poder lograr que haya un real control sobre las enfermedades, que se pueden prevenir por vacunación, se estima que se necesita un porcentaje mayor al 95%”.
Respecto de las consecuencias sobre el accionar de estos grupos, agrega: “Que actualmente estos grupos comiencen a expresar su disconformidad o intentar convencer a aquellos que no se han decidido, provocaría en primera instancia bajar las coberturas. Esto implica exponernos a sufrir enfermedades que ya creíamos controladas o que representarían secuelas a la población. Tenemos el derecho a ser vacunados y el Estado debe garantizar ese derecho. El calendario de vacunación tan amplio como tenemos en nuestro país, nos atraviesa en todo nuestro ciclo vital y en cualquier contexto en el que se encuentre la persona, ya sea que viva en un asentamiento o en un edificio a dos cuadras de la plaza. Es igual para todos y atraviesa distintas etapas de la vida, por eso decimos que se tratan de políticas públicas para toda la población y son un derecho. ”.
A modo de ejemplo, Arosio comentó: “Una mujer gestante a partir de la semana 20 debe recibir una vacuna que se llama triple bacteriana acelular. Esta va a generar anticuerpos, es decir defensas contra difteria, tétano y tos convulsa. Cuando nazca el bebé, recibirá la primera vacuna contra la tos convulsa a los dos meses. Durante todo ese período, ese niño va a estar protegido con los anticuerpos maternos. Cuando esta mujer no se vacuna porque decidió no recibir la vacuna, es decir renunció al derecho que tenemos como ciudadanos a ser vacunados y a la obligación del Estado a garantizarnos la vacuna, entonces ese bebé durante los dos primeros meses está expuesto a tener tos convulsa. Si bien hasta el momento no se han conocido casos en la provincia, hace unos años se han presentado estas situaciones de niños con diagnóstico de tos convulsa y el antecedente de vacunación no estaba registrado. La situación de un niño con tos convulsa es desesperante porque no puede respirar, lucha por vivir”.
Uno de los argumentos que suelen presentar desde los antivacunas es “es mejor inmunizarse padeciendo la enfermedad que a través de las vacunas". Ante eso, la docente de FCS resaltó: “Sería bueno preguntarles entonces ¿Qué sucede cuando la enfermedad no te da tiempo de generar anticuerpos porque directamente te mata? Es muy raro ese planteamiento. La mayoría de los argumentos que tienen o lo que está publicado de investigadores que estudiaron el fin de estos movimientos es la escasez de rigor científico. Se basan en ‘la naturaleza es sabia’, ‘la naturaleza nos cuida’, ‘es mejor tener sarampión y generar los anticuerpos”.
“Hubo casos con evidencia científica donde una persona A está vacunada contra el sarampión y no se enferma y una persona B no se vacunó y tampoco se enfermó. Eso no es evidencia de que el cuerpo enfrentó solo el sarampión sino que existen muchas personas A que están vacunadas y no hay circulación viral, por eso la persona B no se enfermó. En vez de marcar esa evidencia, proponen lo contrario diciendo que el cuerpo generó la resistencia y venció al sarampión. Hay niños en situaciones vulnerables que al tener un cuadro de sarampión no sabemos si van a salir triunfales”, declara. 
La especialista también sostiene que “Las vacunas apuntan principalmente a prevenir los casos graves de la enfermedad y las complicaciones. Un sarampión no es solamente un niño con manchas en la piel o el triple catarro, lo grave son las complicaciones, son las sepsis, las meningitis generadas a partir de ese cuadro primario. Contra eso un niño no puede batallar. Estados Unidos, después de 30 años, registró un caso de tétano el año pasado. Un niño de 6 años que no tenía antecedentes de vacunación porque su familia apuntaba a la lucha del mismo organismo contra los agentes patógenos. Debió pasar más de 45 días de internación, el niño sobrevivió pero con altísimas secuelas”.
Finalmente, Arosio comentó que en la FCS, la importancia de la vacunación es algo presente en todas las carreras. “Creo que como ente formador al tener diversidad de carreras lo trabajamos en varias. Más fuertemente donde es una competencia directa del profesional. Los enfermeros somos quienes lo ejecutamos, en el caso de Medicina se trabaja la cuestión de la indicación, el cuándo y lo que se previene desde otro abordaje epistemológico. Es una facultad donde defendemos la vacunación, apuntamos y trabajamos en enseñar y promover, dar a conocer los beneficios que tiene el poder recibir las vacunas”.
