Se entregó el título de Doctor Honoris Causa a Osvaldo Bayer

Se entregó el título de Doctor Honoris Causa a Osvaldo Bayer. Fue en su domicilio en la ciudad de Buenos Aires donde estuvieron presentes el rector de nuestra Universidad, Jorge Gerard, la decana de la Facultad de Trabajo Social, Laura Salazar y representantes de la Comisión Ad Hoc.





El Tugurio, la casa de Bayer está inundada de libros, recuerdos de presencias fuertes en la vida cultural y política de nuestro país. Ahí, rodeado de sus afectos, el escritor recibió el diploma de manos del Rector de la Universidad en un acto sencillo, íntimo y emocionante, por la calidad humana de quien fue merecedor de la máxima distinción de la UNER. El Rector le hizo entrega de la resolución del Consejo Superior de nuestra Universidad, remarcando que “es un orgullo para nosotros estar acá con usted”.

Bayer, con su voz ya gastada pero aún firme, expresó que sentía una “emoción profunda. Muchas Gracias. Lo voy a poner en el mejor lugar de la casa, aunque ya no hay aquí. Voy a redactar un escrito sobre esto, una especie de tesis universitaria sobre lo que sentí y lo que significa un reconocimiento así y después se los voy a mandar. Sinceramente estoy muy agradecido y dolido por no haber podido ir hasta allá. Me acuerdo como quería Paraná mi padre. Yo soy santafesino, nacido en Santa Fe, pero mi padre siempre decía que teníamos que ir a Paraná, esa ciudad tan hermosa”.

El escritor e investigador volvió a agradecer la sensibilidad de la Universidad \"por haberme dado este premio enorme. Me emociono mucho porque recuerdo a mi madre, mis dos hermanos, a mi padre, yendo a Paraná. Habría tanto que decir. La vida de uno, el exilio, la persecución, mis libros, mis queridos amigos desaparecidos, Rodolfo Walsh, Paco Urondo y tantos amigos desaparecidos, el dolor intenso que se siente al recordar esos tiempos gloriosos. La juventud, que quería otra cosa y después la represión, la persecución, el largo exilio. Y el regreso sin la alegría de ver a todos porque los mejores habían muerto, porque volvíamos a un país que era otro”. 

Por su parte, la decana de la Facultad de Trabajo Social, Laura Salazar, expresó que “la Facultad es la que propuso la entrega del Honoris Causa. En la Catedra de primer año trabajamos en historiografía, con la intención de recuperar las luchas del pueblo argentino, de los distintos actores. Entendemos a esta área, junto con la política, como una dinámica que, en los conflictos permanentes, se va resolviendo como un motorcito, que es el motor de la historia. Y hoy, lo que somos y como estamos tiene que ver con ese pasado, que es presente y a la vez será futuro. Por eso, todas sus investigaciones son muy ricas para poner en escena, otra vez, a los pueblos y quienes vivían en estas tierras. Porque no todo empieza en 1492 sino que acá había pueblos, había una cultura riquísima, una organización social y política riquísima. Todo eso, a partir de la conquista y colonización, implicó otras luchas que terminaron en nuestro primer genocidio, que fue el de los pueblos originarios, idea que tomamos de las investigaciones de Bayer\".

Luego del acto protocolar, de las firmas, de lo ceremonial, Bayer compartió con la delegación de la Universidad, anécdotas, recuerdos, siempre fijando su posición de permanente luchador por los derechos humanos. Recordó que, en el mismo lugar donde se realizó el acto, “todos los meses, en este living, nos juntábamos David Viñas, Tito Cossa, León Rozitchner, Osvaldo Soriano y yo. Siempre había algún pesimismo”.

Luego de enumerar tamaños nombres, contó una anécdota sobre Osvaldo Soriano, el brillante escritor argentino, autor de innumerables libros y hacedor, durante casi un lustro, de las contratapas de los domingos del diario de Página 12. “Una vez, Soriano llegó tarde, lo hizo a propósito y yo lo sabía. Los cuatro tomábamos champagne, como corresponde a los intelectuales argentinos. Entró y dijo: Saben una cosa, perdonen que llegué tarde, me bajé en la Plaza Belgrano, comencé a caminar y estaba la puerta de la Iglesia abierta. Sentí como una fuerza que me empujaba. Fui hasta la puerta, quedé mirando el altar iluminado y una monja rezando. Traté de liberarla y no pude. Y me empujaron, me empujaron y caí de rodillas en el altar. Y me puse a rezar. Ustedes imaginen para cuatro intelectuales absolutamente anticatólicos decir eso, es una provocación para ver la reacción. Entonces Rozitchner le dijo: Y claro, si sos un pelotudito católico, siempre lo fuiste\". Cuando Soriano intentó negarlo Rozitchner le contestó: No, no, ya demostraste lo que sos, una mierda, rajá de acá. A la siguiente reunión lo perdonamos, porque sabíamos que era una provocación a propósito”.

Por otra parte el autor del libro La Patagonia Rebelde se refirió  al sufrimiento de las mujeres cuando iban a reclamar la libertad de sus esposos detenidos. ¿Cree que hubo un cambio desde entonces hasta ahora, donde la mujer, cada vez más, tiene otro protagonismo en las luchas populares? “Creo que la mujer tiene la suficiente fuerza para reaccionar y ha reaccionado\".

Sobre los desaparecidos, Bayer afirmó que “los últimos tiempos fueron muy desgraciados. La desaparición de personas es un crimen atroz. Es el peor de los crímenes, hacer desaparecer, no está ni muerto ni vivo. Es la muerte de Argentina la desaparición de personas. Muy triste, muy triste, cómo los argentinos permitimos una cosa así. Una tristeza tremenda la pérdida de los queridos amigos. Rodolfo Walsh, Paco Urondo, todos fueron muertos y nos callamos la boca nosotros. No, no nos callamos pero no pudimos hacer mucho, pero qué crimen”.