Este libro asume el compromiso de analizar el diagnóstico médico por fuera de los presupuestos empiristas instituidos en la medicina actual, a partir de un filón conceptual formado por elementos de la filosofía, las humanidades y las ciencias sociales. En esta clave, la autora invita a considerar la práctica médica desde las ciencias del lenguaje, especialmente, desde la semiótica Peirciana.
“Es un momento de fragilidad humana. El arte de curar y cuidar son tareas profundamente humanas”, cuenta
Carina Muñoz, quien además de haberse formado en ciencias sociales tiene como formación inicial la enfermería.
“Me jubilé como docente de la carrera de Enfermería de la UADER, por lo que también esta preocupación transita por lo que ha sido mi vida trabajando en el cuidado de la salud y de la formación profesional en el cuidado de la salud”, reflexiona al aire de
Mientras Tanto, por Radio UNER Paraná.
Lo que pasa cuando la gente va al médicoEn la práctica del diagnóstico, los médicos despliegan una fabulosa actividad semiótica, una interpretación, una lectura del cuerpo-del-paciente, que no puede ser reducida a la simple recolección de evidencias o a la mera constatación empírica.
“El filósofo Hans Gadamer -cuya obra conocí en la Facultad de Ciencias de la Educación- escribió mucho sobre salud y dice que ‘la medicina es una práctica artesanal de curar’ en el sentido más valorativo de lo artesanal, es decir, que implica un profundo conocimiento del humano. Y es un arte en el sentido de que hay un instante de ese vínculo en que se toman decisiones donde el paciente pone su vida en las manos del médico, asumiendo éste su responsabilidad, interviniendo en el cuidado de ese cuerpo enfermo. A mí me parece una escena profundamente humana. Foucault también escribió gran parte de su obra reflexionando sobre cómo la medicina, ese gesto de conocimiento respecto del cuerpo humano y del sufrimiento puede inspirar y ordenar otras formas de conocer”.
Carina cuestiona el reconocimiento, el modelo médico hegemónico que tiende a deshumanizar, a tecnologizar.
“Hoy por hoy la medicina de avanzada se basa más en la evidencia y en el diagnóstico por imágenes que por la reflexión y el razonamiento médico”, cuenta Muñoz.
“Este modelo médico triunfante, que tiene muchos logros y ha causado innegables avances, también tiene muchos problemas. Médicos que vienen de la rama de las ciencias sociales también los ven y con mucha preocupación. Que un paciente salga de la consulta sin saber qué problema tiene o que no se anime a preguntar, es una circunstancia que ocurre cuando al paciente se lo trata como un objeto”. Conclusiones de la edición
La autora destaca la
edición de Eduner, agradeciendo el acompañamiento y
“especialmente el trabajo del diseño de tapa que hizo Fortunato Galizzi, que supo plasmar mi idea de que el peso de la lectura del cuerpo no está en la tecnología de visualización sino en la capacidad del médico para razonar el caso”.“Este estudio me permitió confirmar la idea que el cuerpo no se limita a la piel; no es una estructura que se puede aislar. Cada cuerpo está completamente entramado al ambiente en el que vive. Somos el aire que respiramos, el alimento que comemos, dónde y cómo vivimos, las relaciones afectivas que nos sostienen, como el amigo que no nos ve bien y nos pregunta cómo estamos, todo eso hace a la configuración de nuestro cuerpo”, concluye.
FOTO: Diario UNO