Nuestra Universidad avanza en la construcción del Plan Institucional Participativo (PIP) y se piensa una propuesta virtual para que toda la comunidad participe en la selección de ejes estratégicos. Planificar es imprescindible, estos tiempos de contingencia lo demuestran.
La planificación es un ejercicio continuo que nos permite consolidar la cultura institucional y nos invita a recuperar los valores y la visión de la UNER, desde la cual nos pensamos, más que nunca, como colectivo humano. El contexto actual, atravesado por la necesidad de organizar la atención de la emergencia sanitaria, nos recuerda la importancia que tiene el proceso de planeamiento que estamos construyendo en nuestra Universidad.
Desde que se inició el Plan Institucional Participativo (PIP), en 2018, se lograron grandes avances. El desafío actual es sostener la participación de todos los claustros para potenciar el diálogo y el intercambio, en medio del distanciamiento social obligatorio. Como menciona la coordinadora de este espacio, Gabriela Andretich, “un proceso de planeamiento puede y debe ir transformándose, a medida que el entorno y las necesidades lo hacen”.
Durante abril se avanzará con la agenda del PIP, en consonancia con la determinación que tomó la gestión de continuar con las tareas académicas e institucionales, cumpliendo con las medidas de prevención correspondientes.
En esta nueva etapa se desarrollará una actividad virtual para identificar los temas prioritarios, con el objetivo de “delimitar los grandes lineamientos estratégicos de la Universidad para los próximos años”, detalla Andretich. Esto es fundamental para la institución, “porque permitirá detectar problemas y pensar propuestas de mejora”, continúa. Participarán de esta instancia estudiantes, docentes, PAyS y graduadas/os de todas las facultades y de Rectorado.
El escenario que hoy se nos presenta a nivel mundial, circunscripto a la pandemia del COVID-19, demanda una mirada crítica de la realidad y un posicionamiento sólido de las instituciones que conforman el tejido socio-cultural de nuestra comunidad. La Universidad Pública no escapa a esta lógica y es imprescindible como espacio de construcción colectiva de saberes y de reflexión sobre las complejidades y los procesos de transformación que nos atraviesan.
El contexto de emergencia sanitaria vino a patear el tablero y a poner en jaque lo que se presumía consolidado. Nos recuerda que nada es definitivo y concreto, sino que caminamos sobre un entramado cambiante que requiere ser repensado y resignificado en medio de la vorágine.
Frente a este panorama de incertidumbre se recrea la validez y la importancia del planeamiento como un ejercicio continuo y compartido, que nos cohesiona como institución y que contribuye a que asumamos una posición sólida como actores que construimos la Universidad diariamente. Es fundamental, para los equipos que integran el PIP, garantizar la democracia del proceso y potenciar el compromiso de toda la comunidad de la UNER.