Cada 22 de marzo se celebra el “Día Mundial del Agua”. Esta fecha tiene por objetivo concientizar acerca de la crisis mundial del acceso a este recurso vital, que afecta a muchas poblaciones. Además, visibiliza la necesidad de buscar medidas para abordar de manera integral la problemática y alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 6: “Agua limpia y saneamiento”.
En relación a la fecha, el doctor en Ingeniería y docente en la cátedra “Saneamiento e Higiene Industrial” de la carrera Ingeniería en Alimentos de la Facultad de Ciencias de la Alimentación, Ricardo Rosales, expresó: “Es un día para crear conciencia del uso racional del agua, por la importancia que tiene para el desarrollo de los seres vivos, el desarrollo socioeconómico, la energía y la producción de alimentos. Y sobre todo porque el agua es un recurso limitado, al contrario de lo que piensan muchas personas”.
Respecto a la realidad Argentina, “las provincias más afectadas por su falta de acceso al agua potable son Jujuy, Salta, Formosa, Chaco y Santiago del Estero, de acuerdo a datos de la plataforma del agua que toma como fuente el INDEC”, indicó.
Según el INDEC, en el primer semestre de 2020 los hogares con acceso a agua corriente llegaron al 89,5%. En la provincia de Entre Ríos, el porcentaje de hogares con cobertura es mayor al 90%.
“Si bien nuestra provincia cuenta con buen acceso a agua potable, ubicada detrás de CABA, La Pampa, Córdoba y Santa Fe, la situación global de accesibilidad al agua potable es cada vez más compleja. Esto es debido al crecimiento demográfico, contaminación y problemas económicos para ejecutar obras de captación y distribución de agua. Por ello estamos a tiempo de tomar conciencia del uso racional de este recurso limitado”, agregó el docente.
Crecimiento de la población, contaminación y cambio climático
La conmemoración de este día implica una mirada holística de la problemática, y pone el acento en la importancia del agua para todas las actividades humanas, tanto sociales como económicas.
Desde una dimensión ambiental, el doctor afirmó: “El incremento de la población genera industrialización, deforestación, agricultura y ganadería a gran escala. Esto aumenta la contaminación y generación de gases de efecto invernadero que se concentran en la atmósfera a niveles nunca vistos. A mayor concentración de gases de efecto invernadero, mayor retención de calor, provoca el calentamiento global y un cambio global en el clima: el cambio climático”.
Este escenario, “produce un deshielo de los casquetes polares y los glaciares, un aumento del nivel del mar, sequías y lluvias torrenciales, por lo tanto estos tres factores, crecimiento poblacional, contaminación y cambio climático están también relacionados con la disponibilidad de agua dulce”, completó.
La responsabilidad es humana
Los Objetivos y metas de Desarrollo Sostenible no deben ser tomados como meras expresiones utópicas: deben ser realidades concretas a corto, mediano y largo plazo. Esto significa transformar el entorno desde lo individual y lo social, implica también una necesidad imperiosa de involucrarse en esta y otras problemáticas, que afectan directa o indirectamente a los seres humanos.
Para el profesional las acciones concretas se resumen en: “Lograr el acceso universal, equitativo al agua potable, a un precio asequible, y a los servicios de saneamiento e higiene adecuados. Mejorar la calidad del agua; reducir la contaminación, eliminar el vertimiento y minimizar la emisión de productos químicos y materiales peligrosos, reducir el porcentaje de las aguas residuales sin tratar y aumentar considerablemente el reciclado y la reutilización sin riesgos a nivel mundial”.
Rosales advirtió que es necesario “aumentar considerablemente el uso eficiente de los recursos hídricos, asegurar la sostenibilidad de la extracción y el abastecimiento de agua dulce. Proteger y restablecer los ecosistemas relacionados con el agua, incluidos los bosques, las montañas, los humedales, los ríos, los acuíferos y los lagos”.
La universidad pública
El docente consideró que “la universidad pública debe generar conocimiento y conciencia ecológica en sus estudiantes, formar profesionales comprometidos capaces de planificar, gestionar y generar acciones para el uso racional de los recursos naturales y desarrollo sostenible. De esta manera también se fortalecerá la capacidad humana de las instituciones”.Por otra parte, “la generación de conocimiento y transferencia al medio se puede dar también en la financiación de proyectos de investigación que solucionen problemas que impactan en forma negativa sobre los recursos hídricos y tengan un beneficio sobre la calidad de vida de la población”, señaló.
Finalmente, sostuvo que “la Universidad tiene un rol fundamental en el desarrollo sostenible a través de la docencia, investigación y extensión universitaria”.