EDUNER - 17.05.2019

La lectura como experiencia social

A propósito de la actividad conjunta entre la CONABIP, Ediciones UNL y Eduner, este artículo se permite reflexionar sobre los hábitos de lectura de los argentinos, los contextos de crisis y los nuevos formatos, con la opinión de especialistas de nuestra universidad.
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La lectura como experiencia social
La lectura como experiencia social
Organizada en forma conjunta por la CONABIP (Comisión Nacional de Bibliotecas Populares), Eduner (Editorial de la Universidad Nacional de Entre Ríos) y Ediciones UNL (Universidad Nacional del Litoral), "Fui al río a leer" es una experiencia de lectura colectiva mediada por redes sociales que se desarrollará entre el sábado 25 de mayo y el domingo 2 de junio.

La actividad propuesta consiste en ir a leer a la orilla de un río cercano, en soledad o en grupo, de manera independiente o a partir de la convocatoria de alguna organización y, una vez allí, compartir un posteo donde figure el nombre del río, el título del libro elegido y el hashtag #fuialrioaleer.



¿Qué leemos los argentinos?

Las prácticas de lectura de libros, revistas y diarios no son indiferentes al impacto del proceso de digitalización cultural. La caída en la lectura de libros va de la mano del crecimiento de la lectura de nuevos formatos textuales en internet: blogs, portales y redes sociales, etc. La extensión de los textos y el tiempo exclusivo que exigen a los lectores son signos de la tensión que atraviesa la lectura contemporánea. “Una cosa son los libros y otra el material de lectura. La gente lee mucho en digital pero quizá no tantos libros, creo que hay que hacer esa diferencia”, reflexiona Patricia Piccolini.

La última Encuesta Nacional de Consumos Culturales realizada en 2017 por el Sistema de Información Cultural de la Argentina (SINCA), dependiente del entonces Ministerio de Cultura de la Nación, arroja que mientras que la lectura en general (libros, diarios, revistas y blogs; en papel o internet) mantuvo valores estables entre 2013 y 2017, la lectura de libros experimentó un notable descenso. Durante 2013 un 57% de la población leyó al menos un libro y en 2017 ese porcentaje bajó al 44%. Y aunque el descenso se verificó en todos los niveles socioeconómicos, se observan grandes diferencias según estratos, ya que apenas el 22% de la población de bajo NSE leyó al menos un libro, mientras que en el NSE alto, ese porcentaje asciende al 76%. Gustavo Martínez, director de Eduner, al aire del programa En Voz Alta emitido por Radio UNER expresaba que “hoy es difícil asumir la compra de un libro. Es un contexto muy duro para la industria editorial, ya sea privada o de instituciones estatales. Producir un libro es un trabajo colectivo que demanda mucho tiempo y esfuerzo, es la unión de distintos saberes y tareas, y en el caso del libro físico también se incluye el traslado de ese material. Desde la Eduner tratamos que el precio de venta sea el más accesible posible, dando la mayor visibilidad a nuestro catálogo”.



Continuando con los números arrojados por la encuesta nacional, y hablando de los no lectores, en 2017 el 29% de la población afirmó no leer libros y el 26,5% dijo que antes solía leer, pero ya no lo hace. Entre los motivos de no lectura, la falta de interés es el más mencionado en todas las edades, géneros y sectores socioeconómicos. “Siempre es necesario formar lectores”, dice Patricia Piccolini. “Y es responsabilidad de nuestras editoriales universitarias asumir la tarea de promover la lectura”.

En cuanto a soportes de lectura, el papel sigue siendo el principal para leer libros: mientras que un 43% de la población lo elige como medio de lectura, sólo el 10% lee en formato digital. Con respecto a esta última modalidad de lectura, el soporte más usado para leer libros en pantalla es la computadora. La lectura de libros es el único consumo en el que la computadora supera al celular como dispositivo digital principal. María Elena Lothringer, de la Editorial de la UNER, opina que es necesario “trascender esta mirada dicotómica de la lectura en papel o digital”. Finalmente, y hablando de la actividad específica de la Eduner considera que “debemos apoyar a nuestros investigadores que sean capaces de producir contenidos para editar en distintos formatos. No hay conocimiento si no hay interdisciplinariedad, y no hay libros sin autores”.

Eduner y el fomento de la lectura



Además de la experiencia colectiva de “Fui al río a leer”, la Editorial de la Universidad Nacional de Entre Ríos está llevando adelante un programa de formación de lectores y promoción de la lectura en bibliotecas populares y bibliotecas de institutos de formación docente de la provincia, trabajando fundamentalmente con los municipios de cada departamento. Es así que Eduner estará llegando a Maciá, La Paz, Gualeguaychú, Diamante, Crespo, Villa Elisa, Gualeguay y Uruguay. Esta selección no es casual: “son lugares donde nuestra editorial ya ha desarrollado actividades o ha estado exponiendo sus ediciones en ferias del libro”, cuenta María Elena Lothringer.
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