El trabajar o estudiar desde el hogar muchas veces implica disponer un espacio cómodo o adecuado para realizar dichas actividades. Gregorio Etcheverry, licenciado en Kinesiología y Fisiatría y coordinador de la carrera dependiente de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UNER, aporta su mirada, frente a esta nueva realidad que irrumpe en nuestras casas, y consejos para mantener una salud física y postural.
por Gregorio Etcheverry
Debido a la pandemia que nos está afectando, nos hemos visto obligados a realizar diferentes tareas en casa, como cuestiones relacionadas al trabajo, al estudio e inclusive solo a pasar el tiempo. Evidentemente, en nuestros hogares las condiciones en términos de mobiliarios y espacios no serán las mismas a las que estamos acostumbrados en nuestros empleos, y tampoco hacer actividades diarias como salir a caminar o trasladarse.
Frente a estos cambios bruscos, que afectan nuestra calidad de vida, debemos intentar disminuir los riesgos de afecciones relacionadas con el sedentarismo y trastornos posturales.
La ergonomía, es la disciplina que tiene como objetivo adaptar el trabajo a las principales necesidades del empleado y facilitar el análisis de las condiciones laborales; así como las posibles lesiones que las posturas, los movimientos y las fuerzas pueden ocasionar. Por esto, será de gran importancia tomar algunos recaudos en casa.
Si pasamos mucho tiempo sentados frente a la computadora, debemos adoptar la mejor postura para evitar problemas a nivel del cuello, hombros y espalda; pero también hay que moverse, ya que tantas horas en la misma posición afecta el retorno venoso de las piernas, pudiendo provocar calambres, pesadez, sensación de hormigueos, entre otros.
La altura perfecta de la silla es cuando los ojos, en línea recta, ven el centro de la pantalla de nuestra computadora. Si los ángulos de las caderas, rodillas y tobillos no están cómodamente a 90 grados, la silla está demasiado alta o demasiado baja. Para lograr una buena posición, y evitar trastornos musculoesqueléticos, todas las articulaciones deberán permanecer a 90 grados.
La mesa también tiene que estar a una altura que nos permita tener los hombros en una posición neutra. Si no se cuenta con sillas ergonómicas provistas de un soporte lumbar, se puede adaptar la que tenemos en casa, colocando un almohadón. No todos necesitarán este soporte, dependerá de las características morfológicas de cada persona.
Es muy importante tomarse unos minutos del día laboral o de estudio para ejercitar el cuerpo y prevenir algunas enfermedades. Con tantas horas quietos y concentrados en una actividad debemos hacer una pausa activa. Éstas son breves descansos durante la jornada laboral que sirven para recuperar energía, mejorar el desempeño y eficiencia en el trabajo. Se recomienda que, por cada hora de trabajo o estudio, se tomen de 10 a 15 minutos para realizar ejercicios de elongación, flexibilidad, de respiración pausada, profunda, movilidad articular tanto de miembros superiores como inferiores y volver al trabajo.
Obviamente, no todos los cuerpos son iguales. Muchos practican actividad física habitualmente, otros tienen hábitos más sedentarios y otros algún tipo de afección preexistente. Por esto, es muy importante antes de hacer cualquier modificación en nuestras rutinas, consultar previamente a los profesionales correspondientes: médicos, kinesiólogos, profesores de educación física, ya que cualquier tipo de actividad necesita estar bien indicada, dosificada y con un seguimiento para evitar cualquier tipo de complicación.
La actividad física en tiempos de internetEn los últimos años, el auge de la práctica deportiva o de actividades físicas ha crecido notablemente. Muchos asisten a gimnasios y otros realizan actividad física al aire libre. Pero en su mayoría seguramente guiados y asesorados por respectivos profesionales, con rutinas establecidas, pautas de descanso, alimentación, entre otros.
Si bien todos se han ingeniado en suplir los elementos de trabajo del gimnasio en su casa, y realizar actividades aeróbicos en espacios hogareños, aconsejo que continúen con estas actividades, siempre programadas, guiadas y en contacto con un profesional.
Existe una gran parte de la población, de todas las edades, que no practica ningún tipo de actividad, y de repente ante esta situación de aislamiento, sedentarismo, ocio y tiempo disponible opta por comenzar a realizar rutinas de ejercicios que ve en la televisión, redes, por YouTube o por un amiga/o que invita, por videoconferencia, a “entrenar” juntos.
Los profesionales de la Salud sugerimos siempre la realización de un deporte o actividad física, pero primero la consulta con su médico que certifique la aptitud para la realización de la misma. La actividad física es muy beneficiosa en muchos aspectos, pero mal realizada, sin los controles correspondientes y sin supervisión puede traer complicaciones.
En estos tiempos, hay que generar conciencia de la salud física y mental. La actividad física ayuda a reducir la tensión muscular y prevenir lesiones como contracturas, causados por posturas prolongadas y movimientos repetitivos. Contribuye a disminuir el estrés y la sensación de fatiga. Ayuda a desarrollar la creatividad y favorecer una mayor capacidad de concentración. Mejora la postura, rompe la rutina laboral o de estudio y mejora la calidad de vida.
El deporte o la actividad física como agente socializador, es fundamental para mantenernos relacionados a través del medio que tengamos al alcance en esta situación, nos permitirá aprender cosas que no sabíamos, generar nuevas relaciones sociales y experiencias, mejorar la salud integral. Sólo seamos responsables.
