El trabajo de los kinesiólogos está relacionado con el deporte y la recuperación de lesiones, también con el tratamiento a personas que han sufrido daños neurológicos y necesitan mejorar la movilidad muscular. Pero además, llevan adelante una tarea clave con pacientes de Coronavirus: brindan ayuda en la recuperación plena de la parte respiratoria.
Mariano de la Cruz es kinesiólogo, docente de la carreras de Kinesiología y Fisiatría y de Salud y Desarrollo de la carrera de Medicina de la
Facultad de Ciencias de la Salud de nuestra Universidad.
“Nuestro trabajo, más que nada en terapia, es el manejo de la vía aérea del paciente, cuando está con intubación endotraqueal o traqueostomizado y se encuentra con respirador”, cuenta De La Cruz, que desarrolla su labor en el área de terapia intensiva, trabajando específicamente la parte cardiorrespiratoria.
“Debemos manejar esa vía área al igual que los médicos terapistas; medir la función pulmonar, la capacidad pulmonar para poder manejar el respirador de la mejor manera para cada paciente, en cuanto a sus características, su patología. Esa es nuestra labor en estos casos, manejar las secreciones (mucosas, saliva) para que cuando el paciente mejore podamos empezar a desvincularlo de esa asistencia respiratoria”. Sobre los pacientes que están internados pero que no requieren una asistencia respiratoria, De la Cruz explica que
“no está aconsejado en estos momentos realizar demasiadas maniobras kinésicas por el poder que tiene el virus de aerosolizarse, contagiando a más personas. Se tratan de evitar todas las maniobras que provoquen tos, donde se haga fuerza con la panza, el abdomen o poner altos flujos de oxígeno; tampoco se permite hacer nebulizaciones. Hay que tomar muchos recaudos”. El profesional remarca que la cuarentena afectó también a su profesión, ya que los kinesiólogos no pueden trabajar en consultorios y se encuentran
“esperando que la situación se destrabe y trabajar con todos los recaudos en estos tiempos de pandemia; guantes barbijos, mantener todo limpio, no tener más de un paciente en consultorio o centro de rehabilitación, dividir los pacientes cada 45 minutos para poder limpiar todo y también pedirle que vaya con todos los recaudos, con el tapa boca, que tenga el menor contacto” entre otras acciones.
Sobre su labor en la Facultad, De la Cruz destacó que
“lo que estamos haciendo es hacerle ver a los alumnos la importancia de las medidas que se están tomando. Vamos un poco más profundo en la explicación de esas medidas y porqué se toman. Se debe achatar la curva no para evitar que haya contagios sino para que no se den todos al mismo tiempo y así el sistema de salud pueda soportar esos contagios. Desde la Facultad se está haciendo una tarea excepcional para trabajar a distancia. Las clases se están llevando a cabo de una manera satisfactoria gracias al trabajo de los directivos y docentes, que estamos poniendo nuestro granito de arena para que los chicos no se queden sin cursar”.